Adriana Hernández, secretaria – oficinista, tiene 35 años de edad, es casada con tres niños, el más pequeño está en kínder y el mayor en séptimo grado.
Hace unos años sufrió un accidente que le afectó la columna y por ello toma previsiones en su sitio de trabajo, como el usar zapatos cómodos y practicar pausas activas.
Al llegar a casa, ella dedica tiempo a los quehaceres, puesto que es una amante del orden y, también, repasa con sus hijos las lecciones escolares.
De un tiempo para acá, los dolores se han hecho más intensos, sobre todo en el cuello, espalda y hombros, y no comprende qué está causando este padecimiento que está disminuyendo su capacidad funcional.
Sobre esta situación, la terapeuta ocupacional, Lisseth Arenas explicó la importancia de mantener una correcta higiene de la columna y no solo en los sitios de trabajo, sino, también, cuando se efectúen labores hogareñas, para evitar secuelas como las que sufre Adriana.
La profesional, que labora en la Policlínica “Presidente Remón” (PPR), de la Caja de Seguro Social (CSS), indicó que hay actividades que no parecieran presentar mayores esfuerzos, como el barrer; no obstante, pueden traer consecuencias si no hay los cuidados correctos.
Destacó la importancia de usar herramientas adecuadas, como la escoba, la cual debe ser de cerdas suaves y que no pese mucho. También, resaltó que es importante tomar en cuenta su altura, puesto que, si es muy baja, cuando termine de hacer el aseo tendrá la espalda adolorida, debido a la postura al realizar el barrido.
Al tender bien la cama, aunque no parezca complicado, la posición que adopte al arreglar las sábanas influye mucho sobre la salud de la espalda.
Para que dé la sensación visual de que el cuarto es más grande, muchos escogen poner la cama pegada a la pared; sin embargo, no es lo más recomendable para cuidar la columna. Por esta razón, la licenciada Arenas recomienda que esta se coloque en medio de la habitación, para evitar que, al momento de colocar o retirar las sábanas, haya que subirse al colchón, ya que representa un esfuerzo extra.
La autora de más de 200 libros de misterio Agatha Christie, a través de una de sus hilarantes frases célebres, dijo: «Los mejores crímenes para mis novelas se me han ocurrido fregando platos», demostrando de esta manera el desagrado que representaba para ella el realizar esta labor.
Esta irritación la comparten muchas personas; sin embargo, más allá del tedio, al realizar este quehacer, si no se toman las precauciones, se puede resentir la espalda.
El estar de pie fregando es perjudicial, al inclinarse hacia adelante por mucho tiempo, puesto que aumenta la presión sobre los discos lumbares.
Un consejo sencillo es no acumular trastes, para evitar pasar mucho tiempo en el área, ¿la razón? Los fregaderos vienen en su mayoría genéricos, «este tipo de mobiliario, en su mayoría, se construyen estandarizados y tienden a ser bajitos, lo que obliga a tener una flexión del tronco, y queda la persona cansada apoyándose con el antebrazo en el borde de fregador haciendo el trabajo», subrayó la terapeuta.
Para un mejor cuidado postural la profesional de la PPR aconsejó:
Reportaje y fotos: Diamar Díaz Nieto
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